En la potabilización del agua, el cloro es esencial para eliminar microorganismos, sin embargo, en el proceso se pueden generar subproductos con propiedades mutágenas y cancerígenas que pueden tener efectos perjudiciales para la salud.
A comienzos del siglo XX, se introdujo la desinfección del agua con cloro para contribuir con el mejoramiento de las condiciones sanitarias debido a su función en la eliminación de bacterias, hongos, protozoos, algas y virus.
Sin embargo, según un estudio en Science Direct aunque la cloración es un método de desinfección y potabilización del agua para eliminar microorganismos patógenos, “la exposición durante un período prolongado a subproductos clorados puede causar efectos adversos para la salud como cáncer de vejiga, colon y recto, defectos de nacimiento en neonatos, entre otros”.
Una forma de contrarrestar estos efectos, es utilizando sistemas de filtración de agua por etapas que contribuyan a garantizar que el agua del suministro quede realmente limpia a través de:
· Retener sedimentos, óxidos y residuos.
· Eliminar olores, colores y sabores.
· Filtrar contaminantes, cloro, compuestos orgánicos, detergentes y productos químicos.
· Remover metales pesados y volver el agua suave.
· Liberar minerales que ayuden a incrementar el pH.
· Inhibir la proliferación de bacterias.
· Energizar el agua.
Busca alternativas sostenibles que contribuyan a que tu cuerpo y el de tu familia puedan acceder a agua limpia, mineraliza y nutritiva todos los días.
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