El agua es esencial para la vida, pero ¿Sabías que la calidad del agua determina si esta es apropiada para beber o para cocinar?
Lo primero es entender que la dureza del agua nos indicará la concentración de compuestos minerales como sal y magnesio presentes en una determinada cantidad de agua, dichas concentraciones pueden alterar su sabor y sus características.
Elegir el agua adecuada no sólo debe garantizar su inocuidad sino que es importante escogerla en relación a la función que se le dará.
Si el agua es para lavar alimentos, utilizada como ingrediente en una preparación o para la cocción deberá escogerse cuidadosamente puesto que al utilizar un agua filtrada limpia, mineralizada, energizada y nutritiva como la de los sistemas de agua PiMag de NIKKEN mejorará la preparación, conservará el sabor de los alimentos y contribuirá con el aporte adecuado de minerales.
La Organización Mundial de la Salud, en el último documento de “Guías para la calidad del agua de consumo humano” detalla recomendaciones específicas para el uso del agua en la cocina:
· Utilizar agua limpia y potable para beber, lavar y cocinar alimentos para no alterar su sabor ni olor.
· En caso de utilizar agua del suministro, debe dejarse correr antes de utilizarla y, en caso de que salga turbia no debe usarse para cocinar. Si tiene un olor intenso a cloro, tampoco debe usarse porque los alimentos lo absorben.
· En la elaboración de hielo, debe realizarse con agua de calidad evitando el agua del suministro, con el fin de evitar proliferación de bacterias, absorción de sabores y malos olores.
· Para cocinar no utilizar agua caliente que salga del suministro porque puede contener plomo acumulado de las cañerías.
· Para hervir alimentos, se recomienda el uso de agua libre de impurezas ya que esta permite reducir compuestos minerales y cal, mejorar el sabor y reducir el riesgo de contraer enfermedades.
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